lunes, 12 de diciembre de 2011

EL MULTICULTURALISMO COMO NECESIDAD

EL MULTICULTURALISMO COMO UNA NECESIDAD

En este artículo pretendo defender la teoría del multiculturalismo como necesidad, parto de la hipótesis de que la diversidad cultural surge, en la mayoría de sus casos, como una necesidad forzosa en cuanto a la migración y como respuesta a la necesidad de los individuos de reubicarse para obtener una mejor calidad de vida y no sólo desde la migración sino como ese multiculturalismo que es una expresión de la ideología del capitalismo global. A través de una serie de argumentos apoyados en artículos y ensayos buscaré dar respuesta satisfactoria a la hipótesis inicial, creo que como señala Habermas la dignidad está íntimamente conectada con la noción de derechos humanos1, lo que propongo es plantear, a su vez, que dicha noción está fundamentada en una necesidad por parte del Estado para apaciguar las demandas de las minorías dentro de la sociedad y el no reconocimiento de lo diferente. Comenzaré por determinar las causas de la migración y las características primordiales del individuo migrante, así como la pérdida de identidad del sujeto que llega al lugar de destino como el actual caso de la Ley de Arizona, y continuaré con el individuo de minorías dentro de la propia sociedad de origen, la discriminación y las consecuencias de ello a la pérdida de identidad.

El hombre a través de la historia se ha conformado siempre por vía de la sociedad, de la cultura y el contexto en que se desenvuelve, parece prescindible la conexión entre hombre y cultura para su desarrollo integral. Creo que la necesidad de migración de la población es una característica que rompe con este lineamiento y que a su vez fractura la integridad del hombre; es decir, el abandono del lugar de origen siempre es pensado como un beneficio y no como una consecuencia negativa, aunque las mas de las veces se torne tal. Además de la discriminación a los sectores mas disminuidos y las minorías de la sociedad. El enfoque dado a este problema a partir de los derechos humanos rescata algunos de los primordiales elementos del hombre en cuanto a su constitución, cabe mencionar que si en primera instancia es difícil salir del lugar de origen abandonando así vivencias, costumbres, territorio, familia y en general formas de vida que se tenían enraizadas, se debe hacer frente a un segundo desgarramiento en el lugar de llegada, se cae en la necesidad de despojarse de toda identidad previa para así forjarse una nueva, nuevos valores y modos de ver la vida, lo mismo ocurre con las minorías dentro de una sociedad, ya que tienen que despojarse de su identidad plena para sobrevivir en una sociedad que solo admite una forma de vida.

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1 Habermas, Jürgen.El concepto de dignidad humana y la utopía realista de los derechos humanos”, Revista Dianoia, 2010. Número 64, volumen LV

De principio me gustaría hacer énfasis en que mi punto de partida siempre es tomado por el lado negativo, la migración y las minorías en sociedad desde su aspecto negativo, pero no por ello quiero dejar de hacer mención de las ventajas y peculiaridades de este fenómeno en su aspecto positivo, desde el cambio cultural que evidentemente enriquece la visión del individuo y lo forja para la diversidad, como el multiculturalismo que permite que se abrigue a ciertas culturas, que muchas veces son mejor aceptadas en los lugares de destino que en sus propios lugares de origen. Es preciso hacer énfasis en el carácter natural de la migración, y esto lo vemos no sólo en el hombre que a pesar que se volvió sedentario, continuó con atisbos de ese antepasado nómada que no permanecía en los mismo suelos por mucho tiempo, y si lo queremos adoptar desde un punto ajeno al hombre también nos daremos cuenta que en otras especies la migración es un fenómeno natural, basta dar cuenta de especies como las mariposas, las manadas de animales grandes que cambian de territorio en busca de alimentos, etc. Pero este no es el punto de la investigación por lo que no me adentraré a abordarlo de manera profunda.

I

Según las estadísticas del Instituto de Migración de la Secretaría de Gobernación del Gobierno Federal2, desde enero y hasta septiembre del 2010 hubo un total de 486 941 residente mexicanos en el extranjero, esto da muestras de la gran migración que sufre la población de México a países con mejores status económicos o que proveen una mejor calidad de vida.

Los sectores con mayor déficit en cuanto a desigualdad económica son aquellos que cuentan con un mayor número de migrantes, esto debe dar cuenta ya de una de las principales características del hombre migrante. Si tomamos en cuenta que la población rural

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2 Boletín mensual de estadísticas migratorias 2010, Instituto Nacional de Migración,http://www.migracion.gob.mx/estadisticas/2010/septiembre/BoletinEst2010.pdf, 15 de noviembre del 2010, 07:07pm.

representa el tipo más voluminoso de migración es entonces cuando reparamos en cuáles son las causas de este fenómeno: “[…] se generaba también una marcada desigualdad en la distribución de los beneficios del desarrollo: desigualdad entre regiones y, dentro de éstas, entre sus habitantes. Éstos al verse menos favorecidos, buscaron la solución a sus problemas en el proceso migratorio […] atraídos por las ciudades asiento de la industria, los servicios y las oportunidades de mejoramiento material.”3

Esta característica, prescindible para entender el comportamiento de este fenómeno, despoja a su vez sus peculiaridades como lo son la migración ilegal, que representa otro factor que da cuentas de la migración como necesidad.

Un gran y reciente ejemplo lo encontramos en la famosa Ley Arizona (SB 1070) establecida en el estado que lleva el mismo nombre por la gobernadora Jan Brewer, es una ley como respuesta a la inmigración ilegal en Estados Unidos de América y en particular en el estado de Arizona que permite a cualquier autoridad del estado, incluso a individuos norteamericanos señalar a cualquier inmigrante ilegal, pero no sólo eso sino que la dignidad se ve sumamente deteriorada con la aplicación de dicha ley, pues otra de sus particularidades reside en que a cualquier individuo que tenga las “características físicas de migrante o extranjero”, lo cual ya de suyo me parece una bofetada a la dignidad del hombre, se le podrá cuestionar sobre su nacionalidad y deberá mostrar su documentación en regla al individuo que le cuestione sobre el tema. Esta ley y este trato hacia la sociedad en mención da muestras de la magnitud de discriminación que se vive no sólo ahí sino en las millones de relaciones que se establecen día a día entre diferentes culturas y sociedades del mundo entero. Las mismas leyes de este tipo, que desgarran la dignidad e identidad del hombre, contradicen los derechos fundamentales del hombre, lo que colisiona el mismo marco social en que se fundamentan tanto estos derechos como la aprobación de dichas leyes.

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3 Velazquez, L. A. / Papail, J. Migrantes y transformación económica sectorial, p.28

Es por todos conocido que la mano de obra que llega a este país representa los índices más bajos en cuanto a economía de la sociedad en sus países de origen: campesinos, indígenas y aquellos sectores que representan la minoría son aquellos que además de ser rechazados por su propio seno, son puestos en vergüenza y se ven obligados a cambiar su identidad y dignidad por una mejor calidad de vida que también, cabe mencionar, no todas las veces se logra.

En este caso particular de los inmigrantes, tanto legales como ilegales, que existen dentro de los Estados Unidos de América es interesante el trato que se les da por la simple apariencia y mayormente por la aplicación de leyes del tipo de la anterior mencionada, incluso dentro de los inmigrantes legales las discriminaciones y faltas a la dignidad no son menos que con aquellos que entran al país de manera ilegal; y también es verdad que el eurocentrismo se encuentra presente en la mayoría de las poblaciones primer mundistas en mayor medida que en las sociedades más rezagadas, por ejemplo, en Estados Unidos la discriminación que puede hacerse a un residente europeo es casi nula comparada con la falta a la dignidad que se hace a un mexicano, un colombiano: razas diferentes igual a trato diferente. Lo que es importante cuestionarse sobre estas características del otro frente a la diferencia es el porqué de esta actitud frente a culturas distintas, si las mismas sociedades discriminatorias son una mezcla de todo un bagaje cultural de muchísimos pueblos.

Siguiendo con el ejemplo de los Estados Unidos cabe mencionar que su conformación es completamente universal en el sentido de que el país representa, en tanto tal, una fusión de culturas: su escritura tiene antecedentes del latín, su idioma antecedentes ingleses, la forma de gobierno es un constructo formado a partir de los griegos, su religión (la mayormente profesada) es judía; y con esto quiero hacer énfasis en que no es un ataque particularmente a cierto tipo de sociedad o un país en particular sino un aviso para que se abran los ojos y los brazos a culturas diferentes, pues creo que todo constructo social se ha debido a este enriquecimiento de culturas entre unos y otros países, no hay una sociedad, país o cultura que haya sido originalmente creada, en el sentido de que se han enriquecido de formas de vida, tradiciones, tecnologías, saberes, intereses, conocimiento, legado de otras culturas.

Basta mencionar a las minorías dentro de una sociedad para dar cuenta de la discriminación cultural que existe dentro de las sociedades, contemos con casos particulares como las mujeres que, si bien, hoy no representan ya una minoría y con las nuevas reformas a los derechos humanos han llegado a un nivel igualitario de derechos, es verdad que en muchos sectores del país y del mundo aún representan una minoría y por lo tanto son tratadas de manera distinta, es decir, discriminatoria. Otro caso lo tenemos en la raza negra que desde inicio de los tiempos fue vista por los otros (“los blancos”) como una raza salvaje, utilizada como mano de obra y hasta vista como potencial educable sin tratársele como persona en tanto tal, lo mismo hay que decir de las comunidades indígenas que padecen una situación similar. Por último, y no por falta de ejemplos sino solo por mencionar algunos, hablemos de los homosexuales, me parece imprescindible mencionar los abusos, maltratos, torturas y demás discriminaciones que sufre este sector de la sociedad, que si bien antes representaba una minoría escondida tras bambalinas hoy es una sociedad formada que busca que sus derechos se cumplan de la misma manera en que se cumplen para cualquier ciudadano que se encuentre dentro de una sociedad regida por ciertas leyes que deben aplicar por igual a todos, sin importar religión, raza, preferencia sexual, educación y todos los demás elementos que constituyen a una sociedad diversa.

Cuando hago mención de los derechos de todo hombre de sociedad no me refiero únicamente a los derechos humanos, sino a todos aquellos que se encuentran dentro de estos como los derechos civiles, que como tales son aquellos derechos dados por naturaleza y no como consecuencia de la creación del estado. Uno de los más importantes es el derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión así como la opinión y expresión y el derecho a la protección contra la discriminación por motivos de discapacidad, religión, género, raza, nacionalidad, edad, preferencia sexual; que rescata de manera resumida lo que representa, o debería de representar un multiculturalismo pleno, y por otro lado el derecho que concierne a la vida y a la integridad física y mental es otro de los grandes derechos civiles. Y si nos detenemos a analizar de manera profunda cada uno de estos derechos caemos en la realidad de que en el marco conceptual que tenemos actualmente en cuanto a conceptos fundamentales y constitutivos de una sociedad como los son el de nación, ciudadano, civilización y el mismo concepto de derecho, es imposible tanto demandar dichos derechos como practicarlos.

Es imposible querer llevar a cabo derechos del tipo de los derechos humanos o civiles en un contexto que los aplasta con sus re significaciones en las leyes y creación de injusticias y discriminación a partir de su aprobación, es necesaria la complementación del respeto y la tolerancia hacia otras formas de vida y otras culturas para lograr el multiculturalismo: “Las experiencias de exclusión, maltrato y discriminación nos enseñan que los derechos civiles clásicos adquieren “igual valor” (Rawls) para todos los ciudadanos únicamente cuando se complementan con derechos sociales y culturales”4 Lo cual también parece representar problemas por el hecho de que el mismo concepto de valor y los conceptos de los valores quedan soslayados por los conceptos que los preceden y que anteriormente mencioné.

Aquí surge una pregunta interesante: ¿qué determina los valores en una sociedad de migración y una sociedad de minoría? Pues mientras que para unos la dignidad es una de las características esenciales del hombre en tanto individuo de sociedad, para muchos otros la supervivencia la rebasa sin darles siquiera la posibilidad de elección; el sujeto tiene que reconstruirse: “El nuevo sujeto […] construye alguna raíz para ingresar al nuevo mundo, el cual empieza a atravesar con otras expectativas, con otros códigos, con otras maneras de leer y construirse, de reconocerse como sujeto completo y liberado, con derechos y garantías.”5

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4 Habermas, Jürgen. Opus citatum, p.9

5 Restrepo, M. H. Caracterización del sujeto desplazado, p.24

Creo que es en este punto en el que es necesario hablar del gran vínculo que existe entre la dignidad humana y los derechos humanos, me parece que éstos últimos son un constructo político y social para la defensa y protección de la dignidad humana, y a pesar de ser una noción que es precedida por los derechos humanos me parece que su creación en tanto institución fue un tanto tardía y como consecuencia de la falta a la dignidad de muchísimos hombres durante la Segunda Guerra Mundial, digo tardía por el hecho de que así como la diversidad cultural precede a la Segunda Guerra Mundial y ha estado presente desde las primeras conformaciones sociales y de Estado, es cierto que la discriminación y la falta a la dignidad humana va de la mano de ella. De alguna manera los derechos humanos, precedidos por el concepto de dignidad como un derecho fundamental del hombre, permiten una unidad universal en tanto característica que comparte todo individuo sin importar la sociedad o cultura en que se desarrolle, sus creencias, formas de vida, raza, religión y demás características particulares que lo conforman como bien lo dice Habermas: “[…] se invoca este concepto para negociar tratados de derechos humanos en convenciones legales internacionales y para dirimir disputas legales internacionales entre partes de culturas diferentes […]”6.

II

Todo antecedente y respaldo del multiculturalismo como necesidad lo podemos rastrear en este modelo capitalista global y liberal que no posibilita más que una sola forma de vida en la cual se puede desarrollar el hombre plenamente, sin atentar con los principios básicos del ser humano; lo que para este modelo representa crear un lenguaje universal y común tanto ético como político. Aquí aplica el término que hace referencia a uno de los valores más controvertidos dentro de una sociedad [la tolerancia] que propone al individuo ser y actuar de la manera que se prefiera pero sin atentar con un sistema y con ciertos principios, lo que ya le da una limitante a las formas de vida que no se alineen con la única preestablecida por dicho modelo liberal. Que pasa entonces con los migrantes, con las prostitutas, los homosexuales y

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6 Habermas, Jürgen. Opus citatum, p.7

transexuales, los indígenas y todos esos grupos que representan minorías raciales, étnicas, religiosas; que a pesar de ser “respaldados” por los derechos humanos, estos derechos no cubren al 100% las diferencias y necesidades de dichos sectores que a fin de cuentas repercuten en su integridad, identidad y formas de vida. Todo ello surge de la negación del otro y de una marcada lógica de la exclusión en donde lo propio es lo bueno y lo otro es lo ajeno y por tanto lo malo.

Esta negación de la diferencia surge como una creencia falsa de Occidente de situarse como el centro del mundo en cuanto a política, economía y sociedad: “Las ciencias sociales desempeñaron un papel fundamental en el proyecto de construir un mundo a la medida de la razón humana occidental”7 Esto ya representa una exclusión y por lo tanto una discriminación hacia todo aquello que no sea occidental o influencia de ello, desde la necesidad de apropiación de territorio que tenemos desde la Antigüedad y que aún hoy en día es una de las respuestas más relevantes a la obtención de poder, se habla de una búsqueda de imposición de lo establecido por unos cuantos para fulminar lo otro a través de ver a las otras culturas como educables y los propios ciudadanos como potenciales sujetos occidentales. La modernidad es la respuesta más certera a este proceso, pues representa un mecanismo de dominio ideológico y un proceso a través del cual Europa se constituye el centro de la historia universal, y su proyecto central consiste en sacar a las civilizaciones de lo que los europeos denominan “estado de animalidad e imbecilidad” para traerlos a la modernidad, lo cual ya presenta síntomas de una discriminación marcada no solo a la dignidad del otro sino de una degradación de sus formas de vida, creencias, culturas que no son aceptadas y ni siquiera vistas como posibles en cuanto a diferentes sino simplemente aniquiladas.

Los conceptos que se han forjado a través de la historia y para la constitución de una sociedad como Nación han sido influenciados por este ambiente euro centrista que domina la

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7 García Ruiz, Pedro Enrique. “Modernidad, ciudadanía y multiculturalismo. Las transformaciones de la identidad” en Revista internacional de filosofía política, 2008 No. 32, p.99

mayor parte de las sociedades y en el que el modelo capitalista liberal permea como el dominante, por lo cual dichos conceptos como civilización y ciudadano quedan sometidos bajo dicha influencia. Analicemos en primera instancia el concepto de ciudadano, y para poder establecer una postura bien definida pongamos como base la definición que establece el doctor Pedro Enrique García: “La ciudadanía es el mecanismo que conforma la pertenencia a una determinada identidad que intenta establecer los límites entre lo «propio» y lo «extraño» por medio de la postulación de una homogeneidad cultural y política expresada en la idea de «orden social»”8 El ciudadano como un artífice que respalde a la nación en tanto unidad, como un dispositivo de poder saber, esto es, la domesticación de los individuos pertenecientes a una sociedad en tanto que tiendan (por no decir necesiten) comportarse de cierta forma. Lo que se pretende con dicho concepto es crear sujetos adecuados al problema de la modernidad, ciertas prácticas y disciplinas que lleven a un tipo de subjetividad. Lo dicho anteriormente permite que el ciudadano establezca un modelo de orden social; lo cual nos da argumentos para analizar el concepto de civilización que remite a lo que representa el orden, lo correcto y lo bueno dentro de la sociedad y lo que quede fuera de esta conceptualización será tomado por lo desviado e incorrecto sin más. Todo lo anterior delimita un teatro de sociedad en el que los individuos actúan para cubrir dichos parámetros establecidos por cierto modelo, en el que las limitantes se crean a partir de donde se supone deberían crearse los derechos, y aquellos pocos, sea cual sea el motivo, que mantienen sus estilos de vida, son rechazados por la mayoría que se ha acoplado al estándar establecido y es ahí cuando la discriminación aparece lo que hace que la identidad del hombre se desgarre y en algunos o muchos de los casos se pierda, para adoptar una que si sea validada por este modelo que pretende y es el universal.

En estos términos la mejor manera de describir la función de una Nación en voces generales equivale a afirmar que surge como un invento para la creación de identidades que respalden los intereses de un modelo liberal que busca y se forja como el único posible, que lo

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8 García Ruiz, Pedro Enrique. “Modernidad, ciudadanía y multiculturalismo. Las transformaciones de la identidad” en Revista internacional de filosofía política, 2008 No. 32, p.103

mantengan y lo unifiquen para presentarlo no solo como el único posible sino como el verdadero y correcto.

Dicho de la forma anterior, una sociedad de diversidad cultural queda implícita dentro de este concepto de Nación y sin embargo parece no tener cabida en ella, por lo cual lo importante sería rescatar dichos conceptos para reconstruirlos o darles un enfoque distinto que certifique y mantenga las diversas formas de manifestación de las creencias, sociedades, formas de vida, y en general las diversas maneras de entender al hombre y al mundo: aquello que establecemos con el nombre de cultura.

III

Como conclusión creo que para evitar el multiculturalismo como necesidad es pertinente que se establezca una mejor infraestructura política, económica y social del país o comunidad

de origen, esto permitiría que la migración y la discriminación tomaran otros tintes en cuanto a su explicación como fenómeno y no sería vista como un proceso de necesidad, es decir, una migración forzada o un cambio de identidad necesario; con lo anterior no tendríamos pérdida de ningún tipo sino un enriquecimiento cultural.

Además de que no habría necesidad de re construir una identidad que vendría a representar un disfraz frente a la sociedad, una máscara para sobrevivir frente a una sociedad no pluralista. Para ello no sólo se necesita esto, sino mas bien ir a la base del problema y que haya una re significación de los conceptos que integran este modelo liberal que se centra en unos pocos, que tiene sus inicios en un Occidente que mira todo desde sí y ve a lo demás como lo ajeno y que no sólo puede ser explicado desde ahí sino que de la misma manera tiene ahí su punto de partida.

Es difícil esta postura, pues mover los marcos de referencia que tenemos desde la colonización sería perder los horizontes que tenemos como parámetros para actuar y vivir, sin embargo creo que es indispensable y necesario para el desarrollo de un multiculturalismo pleno el deshacernos de los significados actuales en conceptos como ciudadano, nación, modernidad e incluso replantear lo que significa y se pretende al hablar de multiculturalismo, no de reconocer lo común que se tiene con el otro, sino la diferencia que se tiene con él.

Lo anterior antes que permitir un intercambio cultural y un enriquecimiento, hace del individuo un individuo con identidad propia y creada a través de sus propios parámetros y formas de vida lo que restaría ese desgarramiento y pérdida que tienen estos individuos al tener la necesidad o simplemente al enfrentarse a nuevas culturas y sociedades. Ya que todo esto permitiría que en lugar de buscar cambiar la identidad para poder mantenerse dentro de una nueva sociedad y poder convivir con los individuos que se desarrollen en ella, daría pie a que se mantuviera la identidad y se beneficiara a esas sociedades de las que está siendo participe a través de enriquecerlas con nuevas formas de vida que si bien no van a ser adoptadas por esa cultura si serán vistas como otras maneras de apropiarse de la vida y antes que nada respetadas.

sábado, 1 de octubre de 2011

NO SE OLVIDA

Ultima anotación de un estudiante

I

Era treinta de julio, miraba el noticiero sentado en el sofá junto a mi madre, Luis Echeverría en el pódium hablaba de cosas que no lograba enlazar, que todo lo ocurrido hasta entonces había sido provocado por agitadores ajenos a los estudiantes era decir ya mucho. Yo estuve en todas aquellas marchas de manifestación, ¿por qué protestábamos? Por las agresiones brutales de granaderos días antes en la revuelta de estudiantes del Politécnico y de la escuela Isaac Ochoterena.

Me levanté del sofá tomé mi sudadera y me disponía a salir.

“No vayas” me dijo mi madre, sabía justamente que iría a buscar a mis compañeros que ya estaban reunidos discutiendo el acontecimiento que acabábamos de ver millones de personas.

Nos dispusimos a hacer una marcha al día siguiente, para acallar las mentiras del gobierno y mostrar nuestro verdadero motivo.

Ya éramos un órgano desde hacía unos días, el Consejo Nacional de Huelga, nos encargábamos de organizar las manifestaciones y los discursos que serían allí presentados y no de alborotar a la comunidad estudiantil como el gobierno decía a la sociedad.

II

Nunca me había sentido tan pleno, éramos un conjunto de átomos formando una molécula que combatía con el mismo sentimiento de impotencia. Sin embargo era una lucha emotivamente pacífica, no había golpes ni arrebatos, sólo unos cuantos pergaminos de inconformidad ante la indiferencia. Recuerdo que pese a que éramos tan ajenos unos a otros manteníamos esas miradas de hermandad y esos gritos que sonaban a una sola voz.

Éramos ya tan hermanos, casi como cuando en casa papá había negado una salida al parque y mis dos hermanos y yo hacíamos una protesta de silencio; esa fue una idea que comenzó como una pequeña broma entre los representantes del mitin, estábamos redactando los discursos del día siguiente y veíamos la televisión, la prensa decía que el gobierno hablaba de nosotros como alborotadores y rebeldes, gente que quiere romper con el orden social. Creo que más bien fue esto último lo que unido a la broma anterior tomo forma y color el día 13 de septiembre de ese mismo año.

Comenzó así, con un silencio abrumador pero que decía mas que una andanada de palabras; así, y con muchas marchas precedentes que lo único que gritaban era libertad de expresión; sin embargo, pareciera que este silencio mas que determinar la intención propia de la manifestación hubiera sido un ataque con bombas y misiles a la vista del gobierno, no paso mas de una semana cuando ya nuestros lugares de estudio habían sido saboteados y violentados, ¿revoltosos nosotros? No se aún hoy en día a que se referían.

III

“Solo pedimos la salida del ejército de todos los planteles de la UNAM y el IPN, el cese de todo tipo de represión y la libertad de todos los estudiantes detenidos durante el conflicto”, yo estaba ahí justo al lado de él escuchando como leía aquel pergamino, aquel que unas horas antes había sido redactado por toda la masa estudiantil.

Las miradas indiferentes de los representantes del gobierno me recordaban esos días enteros que pasaba reprendiendo a mi perro Yago por haber defecado dentro de la casa, los mismos ojos, las mismas evasivas y por no decir mas (o menos), la misma estupidez en el rostro. Sin embargo la promesa quedo hecha, el ejercito saldría del Casco, se desató la alegría entre nosotros y recuerdo que decidimos hacer una convocatoria el 2 de octubre para informar sobre lo acontecido en el encuentro con el gobierno, y para continuar con el movimiento, pues el gobierno estaba seguro de que el cumplimiento de esa petición era señal de renuncia a las marchas, ¡que poco se sabía de nuestros intereses! Se hicieron volantes y carteles que fueron pegados en todos los espacios en blanco que encontramos en paredes, muros, postes y pizarras.

IV

La plaza de Tlatelolco estaba llena, la convocatoria había sido escuchada y miles de estudiantes estaban ahí, pero no solo había estudiantes y curiosos, había además transportes militares y centenares de soldados disfrazados de civiles que aún todos creíamos nuestros hermanos. Pese a la presencia incómoda el mitin dio inicio y los oradores no daban fin a sus discursos.

De un momento a otro todo se nublo, la unidad en masa comenzó a desintegrarse, las luces de bengala que en otras circunstancias podrían haber brotado como festejo y los primeros disparos comenzaron a desmembrar la coalición. Se invitó a que se regresara a casa lo mas pronto posible…era demasiado tarde. Llanto vuelto sangre se volvió el único dueño de la plaza. Guantes blancos, y metralletas contra libros de textos y morrales de escuela simulaban una cacería bastante dispareja. Ese espacio delimitado por tanques de guerra era ya territorio del estado de naturaleza. Mujeres y comerciantes que dejaban su voto en silencio fueron también arrastrados por la injusticia.

El sol se había metido y el silencio era cada vez más cómplice del asesinato intelectual.

V

Me recuerdo corriendo hacia el edificio Chihuahua junto a otros tantos que escapaban a los disparos, subí dos pisos y me encontré con un hombre, mi cara de pánico no le causo ninguna impresión, se hizo a un lado por lo que pensé que me dejaría pasar, pero cuando quise seguir mi camino sentí su mano sobre mi cuello y enseguida vi un guante blanco en su mano tomando una pistola que apuntaba a mi cabeza, me jaloneo para abajo y antes de llegar a nuestro destino detuvo a otros tres. Me hicieron esperar bastante, siempre amenazando con armas, ¿qué era aquello? Que batalla mas injusta, armas frente a discursos, aún hoy me parece bastante estúpido. Antes de dar mis datos, ya había sido golpeado varias veces en el rostro; baje las escaleras y un hombre me pidió identificación y nombre, después me despojaron de mi ropa y zapatos, quede de rodillas frente a la pared y con las manos en la nuca, cual asesino serial, o delincuente de bancos; mire a mi alrededor, cerca de 60 ya teníamos identidad para ellos, bastantes mas aún esperaban arriba, reconocí a algunos de mis hermanos de batalla, el Búho me hizo señal de reconocimiento con una mueca, conteste con un asentimiento de cabeza, sin embargo ambos moríamos de vergüenza, no tanto por la desnudez, sino por haber terminado nuestra lucha de aquella manera, injusta para ambos.

Horas o minutos (realmente no tenía noción del tiempo) mas tarde fueron eligiendo a algunos de nosotros y los sacaron de ahí, vi salir a los lideres, aquellos que días antes daban discursos con sonrisas y seguridad en sus manos, ahora iban apenas sosteniéndose en pie con la cara gacha y golpeada. Después supe que fueron llevados al Campo Militar 1 para ser trasladados a Santa Martha Acatitla ¿la cárcel?

Yo, con la dignidad aún guardada en los calzoncillos que era de lo único de lo que hasta entonces no me habían despojado, tenía miedo, no digo que no, todos ahí teníamos, desde los otros 70 en pelotas hasta los vestidos de verdugos.

Perdí la noción del tiempo, ahora la realidad era una macana sobre mi cuerpo, gritos (ya no a una sola voz), y todavía uno que otro disparo que daba con su objetivo y con su razón de ser.

Todavía cuando vi salir el sol, de lo que yo supuse era el 3 de octubre del 1968, escuche en el noticiero la voz de Gustavo Díaz Ordaz: se actuó en defensa propia, el contingente se había vuelto una amenaza…, solté una pequeña risotada acompañada de una lágrima que llegó a mojar mis labios secos de decir basta, de suplicar piedad.

No hubo piedad, ni siquiera hoy la hay, el genocida será por siempre escondido tras bastidores pero queda la bandera ondeando aún, con los miles de muertos que siguen alzando la voz, ya no en huelgas y mítines, pero si en los corazones de los que cada 2 de octubre les rendimos honor por ser mas que héroes nacionales: el futuro de la nación derribado por la misma.