Pinceladas, trazos
y dos que tres miradas a tu recuerdo.
Cierro mi salvapantallas onírico
y me abro dos ventanas de tu espejo.
Una dice tu nombre,
la otra dice amor,
sinónimos de un reflejo.
Tomo el cincel de mis versos
y en una esculpida rocosa
tallo los bordes de tu cuerpo,
tomo la lija y reacomodo mi pelo en tu pecho,
¿obra terminada?
Aún nos quedan millones de besos
y de este mundo nos robamos el tiempo.
Y en ese lienzo eterno,
tú espacio y mi cielo,
me pintas el sol, la luna y las estrellas
pero mejor que todas ellas
tu sonrisa la que se lleva mi alma entera.